Una vertiente de la poesía de Glück, cercana a la plegaria y la oración

La poeta mexicana Myriam Moscona habla de la obra de quien acaba de obtener el Premio Nobel de Literatura 2020

Al anunciar que la poeta estadounidense Louise Glück era la ganadora del Premio Nobel de Literatura 2020, la Academia Sueca destacó “su inconfundible voz poética que con austera belleza hace universal la existencia individual”.

En México, fuera de los poetas y de algunos cuantos lectores de poesía, antes del jueves 8 de octubre, casi nadie había oído hablar de Glück, quien nació el 22 de abril de 1943 en Nueva York, en el seno de una familia judía húngara, y ha sido premiada y reconocida varias veces en su país.

Apenas se enteró de que Glück había obtenido el mencionado premio, la poeta y novelista mexicana Myriam Moscona, autora de Las visitantes (Premio de Poesía Aguascalientes 1989) y de la novela Tela de sevoya (Premio Xavier Villaurrutia 2012), entre otros libros, escribió en su muro de Facebook: “Louise Glück, multi premiada, multi reconocida por sus pares y desconocida para el mundo. Claro, ¡ES POETA! Como fuera narradora con esos premios, con esa calidad, todos le estarían prendiendo veladoras en vez de preguntar ‘y ésa, ¿quién carajos es?/’ pero a la poesía no le importa. Trabaja en esos pliegues, lejos de los bolillos calientes de las mesas de novedades que aparecen y desaparecen títulos como conejos en el sombrero de los magos. Felicidades a la poesía en voz de Louise Glück.”

En entrevista para Gaceta UNAM, Moscona dice: “Sí, resultó una sorpresa levantarme y saber que, contra todas las quinielas, el Nobel de Literatura fue para la poesía y para una mujer, ambas instancias bastantes vapuleadas. También fue para la lengua inglesa, que ha recibido la escandalosa cantidad de 30 premios Nobel de Literatura. Antier, en un chat de escritoras, dije cuánto me gustaría que se lo dieran a una lengua minoritaria. En México, entre poetas, la mayoría deseaba que se lo dieran a la canadiense Anne Carson. Antier, nadie hablaba de Louise Glück.”

De acuerdo con la autora del largo poema El que nada, la poesía de Glück tiene una vertiente cercana a la plegaria y la oración, y otra vertiente atravesada por la ironía.

“Incluso hay poemas de ella que me recuerdan a los de la poeta polaca Wislawa Szymborska, quien también ganó el Nobel de Literatura hace 24 años, Claro, en Szymborska, la ironía es una franja que zanja toda su obra, mientras que en Glück se encuentra sólo en algunos poemas.”

En opinión de Moscona, la de Glück es una poesía anclada en el origen, en la pertenencia, en una suerte de biografía pero vista como en un caleidoscopio.

“Tiene una mirada que aleja las cosas como a través de un telescopio, mientras que con el otro ojo las mira por dentro, igual que un aparato de rayos X puede revelar aquello que existe pero que no se ve a simple vista. Paul Klee decía que lo visible es sólo un fragmento de lo real, y yo creo que Glück también trabaja para poner en un plano visible aquello que no está a primera vista”, añade.

En México, Pura López Colomé, Ulalume González de León, Rafael Vargas y Aurelio Asiain han traducido al español poemas de Glück; y en España, Editorial Pre-Textos ha publicado siete de sus 12 libros de poesía: Ararat, Averno, El iris salvaje, Las siete edades, Praderas, Una vida de pueblo y Vita nova.

“Por cierto, la gran poeta argentina Mirta Rosenberg, traductora de Las siete edades, ya no tuvo el placer de celebrar a Glück porque murió el año pasado”, comenta Moscona.

La poeta y novelista mexicana refiere que antier vio en las redes sociales que alguien había escrito que le alegraba que fuera mujer y poeta el Premio Nobel de Literatura de este año, pero que su poesía no dice nada nuevo y que no hay nada que Glück diga que se le quede a uno en la mente o el corazón.

“Yo sonreí porque mucha gente busca versos fáciles, como de Hit Parade, y no, Glück trabaja en otro canal. Por eso la celebro con toda mi alegría”, finaliza.

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