UNAM y Fundación Markoptic crean dispositivo para tratar glaucoma
Se trata de una microválvula que consta de tres partes, un cuerpo de válvula (chasis) que controla la presión intraocular llevando el humor acuoso hacia el exterior, un elemento móvil (vástago) y un resorte que se encarga de ejecutar el accionamiento de la válvula.
Investigadores y académicos de la Facultad de Ciencias (FC) de la UNAM, en colaboración con la Fundación Markoptic, han desarrollado un dispositivo cuyo funcionamiento podría evitar que el glaucoma afecte a más personas.
Datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) señalan que es la principal causa de ceguera irreversible en el mundo, “queremos dar la oportunidad a otras personas de que no se queden ciegas”, aseguró Manuel Humberto Gallardo Inzunza, presidente Markoptic.
La idea de crear este dispositivo fue de Gallardo Inzunza, originario de Guamúchil, Sinaloa. El abogado padeció glaucoma de nacimiento y perdió la vista hace 13 años, a pesar de realizarse cinco trasplantes de córnea, “en la última operación tomé la decisión de intentar de recuperar la vista, si la medicina no podía darme esa oportunidad, la tecnología sí, así que inicié el proyecto de desarrollar una válvula para controlar el glaucoma”.
Se trata de una microválvula que consta de tres partes, un cuerpo de válvula (chasis) que controla la presión intraocular llevando el humor acuoso hacia el exterior, un elemento móvil (vástago) y un resorte que se encarga de ejecutar el accionamiento de la válvula, diseñada para ser un auxiliar en el tratamiento del glaucoma.
Cuando su resistencia se ve superada, permite expulsar el humor acuoso desde el interior al exterior del ojo eliminando el exceso mediante un conducto interno.
El diseño de este dispositivo está inspirado en la válvula de admisión del motor de combustión interna de un avión, es una réplica modificada. “Se me ocurrió que ese aparato que servía para hacer funcionar un motor de gasolina podía servir para expulsar el humor acuoso y controlar la presión de un ojo a través de un flujo constante de líquido controlado por el mismo resorte que tiene la válvula de admisión de ese motor de gasolina”, explicó Gallardo Inzunza, quien fue mecánico en su juventud y trabajó en talleres de reparación automotriz y de aeronaves.
Para concretar su idea y llevarla a cabo, el abogado sinaloense buscó a investigadores de la FC. “La Universidad cuenta con la tecnología y la experiencia para hacerlo, siempre hay que buscar a los que saben y estamos poniendo nuestra esperanza en esto, el hecho de que se interesaran en este reto fue lo más importante”.
En ese contexto, buscaron la colaboración del Laboratorio Nacional de Soluciones Biomiméticas para Diagnóstico y Terapia (LaNSBioDyT) de la Facultad de Ciencias de la Máxima Casa de Estudios, a cargo del doctor Mathieu Hautefeuille y del físico Diego Zamarrón Hernández, experto técnico responsable de servicios del Laboratorio de Micro y Nanotecnología de la FC, quienes trabajan desde hace un año para llevar a la realidad este dispositivo.
“La idea del diseño es regular la salida de líquido, pero el diseño final es de un milímetro de tamaño, tiene el grosor de una pelusa, de una pestaña, por lo cual, es muy difícil fabricarlo con métodos convencionales”, refirió Zamarrón Hernández.
El LaNSBioDyT cuenta con una máquina para generar estructura con detalles y precisión nanométricas. Aquí caracterizaron el material para la fabricación, determinaron sus propiedades metálicas y técnicas para generar una válvula que permita regular la presión en el ojo para que no drene más de lo que necesita ni menos, “desarrollamos un aplicador que consta de dos piezas, una que pueda manipular el médico y otra para adherir esta válvula”.
Pero llevarlo a la realidad es complicado por el tamaño que debe tener, del ancho de una pestaña pero más corto y además móvil, “es técnicamente difícil”, acotó Zamarrón Hernández.
En el Laboratorio de Micro y Nanotecnología trabajan para replicar la fisiología humana del ojo y desarrollan un modelo de córnea artificial que les permita simular las características de un ojo enfermo, y generar la diferencia de presiones y probar las válvulas en el modelo y ver los problemas que podrían presentarse y atacarlos previo a entregar el lote final a la empresa.
Después de seis años y medio de iniciar con esto, expresó Manuel Gallardo, estamos cerca de tener las primeras pruebas de este dispositivo, “pronto estaremos haciendo las primeras pruebas en conejos, pero cuando se abra la posibilidad de las pruebas en humanos, seré el primero para retroalimentar al equipo y muy pronto estaremos viendo resultados del esfuerzo hecho desde hace más de un año por la Universidad”.
En esta etapa de prueba que se realizará en los próximos meses, aún no llegan al punto de concretar cuál será la vida útil del dispositivo, pero están en ese proceso, así como el de la posibilidad de personalizarlo a las necesidades del paciente de acuerdo al avance de su enfermedad.
Fundación Markoptic apoya la inclusión social de personas con discapacidad mediante el desarrollo de dispositivos innovadores. Actualmente, donan prótesis de brazo robótico, de brazo mecánico y colchón inflable para una correcta circulación de la sangre en personas postradas, cuyo objetivo es evitar la generación de úlceras.