Este trabajo ayuda a mitigar el efecto llamado "isla de calor"

Universitario transforma espacios de cemento en naturaleza viva

Emprendimiento incubado en la UNAM ofrece servicios de jardines verticales, huertos urbanos y azoteas verdes para contribuir con el cuidado del ambiente en las ciudades

Foto: Erik Hubbard.
Los jardines son lugares de descanso, recreación y contacto con la naturaleza, pero la densidad poblacional en sitios como Ciudad de México (CdMx) ha contribuido al crecimiento vertical de casas y edificios, lo que lleva a la disminución de espacios verdes. Con ello han surgido soluciones para atender este problema tan típico de la modernidad.

A decir de Ulises Martínez Gilbón, egresado de la Facultad de Ingeniería (FI) de la UNAM y del Posgrado de Administración, “si colocamos vegetación en un sistema especial –como jardines verticales, muros verdes o huertos urbanos– mitigamos el efecto de la isla de calor en asentamientos tan grandes como nuestra capital”, asevera.

También es un emprendedor con conciencia ambiental que, en 2011, incubó la empresa Generación Verde (GV) en InnovaUNAM, entidad universitaria cuyo objetivo es apoyar a emprendedores y nuevos empresarios de la comunidad puma. Con este proyecto, el experto en ingeniería en telecomunicaciones busca reverdecer las urbes y que la vegetación sea parte integral de la vida citadina.

En CdMx se creó la Norma NADF-013-RNAT-2007, la cual fomenta los sistemas de naturación en el ámbito urbano por sus beneficios ambientales y establece especificaciones técnicas, condiciones, parámetros y criterios mínimos de calidad y seguridad, aplicables a materiales y procedimientos constructivos para ser utilizados durante su proceso de planeación, instalación y mantenimiento.

GV brinda en este contexto servicios de naturación (recuperación de la naturaleza en ambientes urbanos y rurales a fin de que las especies vegetales mejoren las condiciones de vida de forma sostenible, además de proteger la estructura de los edificios) acompañados por el expertise de biólogos, agrónomos, arquitectos e ingenieros.

A la fecha, la empresa ha concretado alrededor de 350 proyectos entre jardines verticales, azoteas verdes y huertos urbanos, lo cual se traduce en casi 5 mil metros cuadrados de áreas verdes a lo largo del país.

“Las plantas mejoran la calidad del aire, promueven la generación de oxígeno, actúan como filtros naturales, capturan contaminantes y absorben dióxido de carbono. Para que se adapten hay que darles condiciones adecuadas y prevenir la humedad de modo que no afecte techo y paredes”.

La naturación es un sistema integral que debe ser implementado por expertos, y para aplicarla es preciso realizar estudios con el propósito de colocar la flora adecuada, como árboles cuyas raíces no levanten banquetas, o jardines en azoteas que no generen humedad. Dicha estrategia ha dado buenos resultados en Europa y Asia. En México, los primeros trabajos de techos verdes los realizó la UNAM hace tres décadas.

Hoy hay certificaciones de construcción que promueven prácticas sustentables como azoteas verdes o jardines verticales, los cuales ayudan a regular la temperatura al interior de un inmueble. Además, como en muchas zonas de la capital es incosteable tener viviendas con jardín, aprovechar un espacio para naturación resulta mucho más viable.

Los inicios, desde un cubículo

“Como toda empresa, comenzamos a operar desde un cubículo con esta propuesta de enverdecer la ciudad en lugares donde no parecía posible. Hoy somos 17 familias transformando la industria”, destaca Ózkar Santiago Rivera Galicia, director de GV sucursal Ciudad de México.

La naturación de espacios, agrega, ayuda a reconectarnos con la naturaleza, ya que automáticamente nuestro estado de ánimo se eleva. Además, esto disminuye el ruido visual y mejora la calidad de aire que respiramos. Algo a destacar es que, en comparación con un jardín tradicional que necesita al menos 10 litros de agua para riego, estos sistemas requieren sólo cinco, los cuales alcanzan hasta para dos días.

Asimismo, todo sistema de naturación de GV va acompañado de estrategias de captación pluvial, es decir, el riego se optimiza vía la recirculación del agua, pues la usada se recupera y cae en el mismo contenedor donde se encuentra la bomba, y ésta la hace circular con la finalidad de darle varios usos.

“El tipo de sistema y vegetación se eligen según las necesidades del cliente. Los jardines verticales y las azoteas verdes sirven como reguladores térmicos, ya que pueden evitar el calentamiento de una losa o una pared o la pérdida de calor, dependiendo la época del año. Los huertos urbanos se recomiendan para quienes pueden dedicarles tiempo, pues las hortalizas son un compromiso diario, es casi un estilo de vida y se trata de cuidarlos de plagas, animales urbanos u otros riesgos”.

Lo anterior ayuda a alcanzar los metros cuadrados de vegetación per cápita recomendados por la Organización Mundial de la Salud.

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