Unos 50 mil mexicanos irán al Mundial de Catar
En redes sociales habrá una guía con información sobre tradiciones y modo de proceder en el contexto cultural árabe
La diplomacia deportiva busca vincular a los pueblos, no acrecentar las diferencias sino subrayar las semejanzas, como son en el caso de México y Catar (sede del próximo Campeonato Mundial de Futbol en 2022) el amor por la familia, el gusto por el deporte y la gastronomía, así como el orgullo por una cultura ancestral que nos antecede, dijo Paulino Rafael Robles-Gil Cozzi, agregado cultural de la embajada de México en Qatar.
Acuñada a principios del siglo XX por el vínculo existente entre política y deporte, la diplomacia deportiva ha servido en épocas modernas para dirimir conflictos y diferencias entre naciones, recordó.
“Históricamente lo que ha ocurrido en eventos deportivos como unos Juegos Olímpicos o un Campeonato Mundial de Futbol, o como se organizaban en la antigüedad, es que se levantan una serie de obstáculos legales, de fronteras, de requisitos de viaje. Hay una especie de régimen de excepción que permite una convivencia, un levantamiento de barreras para que coexistan culturas, diferentes civilizaciones en un mismo espacio y con un mismo propósito”, comentó el funcionario.
Robles-Gil participó en el conversatorio virtual Diplomacia Deportiva México-Qatar, organizado por el Programa Universitario de Estudios de Asia y África (PUEAA) de la UNAM y moderado por la coordinadora de esa instancia, Alicia Girón González.
Mencionó que el evento deportivo es un periodo breve, consensuado, de celebración, donde un conglomerado de grandes diversidades asume por un tiempo unas reglas comunes. Reconoció que entre México y Catar hay excelentes relaciones diplomáticas, pero falta unir a las culturas y luchar contra estereotipos negativos que prevalecen en México acerca de la cultura árabe, y en Qatar sobre México con asuntos como el narcotráfico.
Sobre las reglas que habrá que respetar en Catar, donde se espera la visita de alrededor de 50 mil mexicanos, Robles-Gil explicó que la embajada de México en ese país funcionará como un nodo de la diplomacia deportiva, y en noviembre próximo (a un año del Mundial) emitirá en redes sociales una serie de indicaciones para respetar códigos de vestimenta, consumo de alcohol y actitudes hacia expresiones religiosas, por ejemplo.
“Es importante respetar cómo se concibe en Catar al cuerpo y evitar el uso de ropa ajustada, escotes y bermudas, los cuales se podrán usar dentro de hoteles y lugares específicos para turistas.”
Otro aspecto esencial es respetar a las mujeres árabes y la vestimenta tradicional tanto de ellas como de ellos, no intentar tomarles fotos y evitar desmanes como regar alcohol en el estadio, advirtió.
Robles-Gil consideró que el “grifo social” que se abrirá en Qatar con el futbol quizá signifique un cambio social sutil, en donde el grifo no quede tan cerrado después del evento deportivo en aquel país.
Respecto a la labor de la embajada de México en Catar, indicó que se convertirá en un informador y protector de las reglas del país, pero no intervendrá y sólo asesorará si se infringe la ley.
José Luis Gázquez Iglesias, profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales e integrante del PUEAA, resaltó que en el mundo existe una politización del futbol y una futbolización de la sociedad, donde conflictos como el migratorio se trasladan a las canchas, los equipos y las pugnas entre aficionados, como sucede en Francia, donde más del 80 por ciento de los jugadores son de origen migrante.
“El modelo de asimilación francesa depende de los resultados en los torneos. Si quedan campeones, se celebra; pero si pierden surge entre el público la retórica racista, muchas veces vinculada con los partidos políticos de extrema derecha”, señaló como ejemplo.
El próximo Mundial también servirá a México para posicionar la marca-país, con miras hacia el Campeonato Mundial de Futbol 2026 que se compartirá con Estados Unidos y Canadá.