Es el coloso más vigilado del país

Utilizan nuevas tecnologías para analizar el Popocatépetl

La finalidad, monitorear y detectar cambios menores y en fases tempranas de la actividad del volcán: expertos del Instituto de Geofísica

Imagen: cortesía Instituto de Geofísica / Sébastien Valade.
Novedosas técnicas para monitorear y detectar cambios menores y en fases tempranas en la actividad de un volcán se aplican actualmente en el estudio del Popocatépetl, el coloso más vigilado del país, coincidieron expertos reunidos en el Instituto de Geofísica (IGf) de la UNAM.

“Estudiamos el rango de las frecuencias de erupciones volcánicas; utilizamos sensores de banda ancha para medir la microsismicidad, así como señales de periodos largo y corto”, explicó Alejandra Arciniega Ceballos, investigadora del IGf.

En su ponencia “Nuevos estudios: tendencias modernas para el monitoreo”, ofrecida dentro del Simposio “30 años de la reactivación del Popocatépetl: estado del conocimiento sobre el volcán”, la científica describió que parte de su trabajo es descifrar los campos de ondas para conocer la dinámica del conducto volcánico mediante estudios a diferentes escalas.

“Hacemos observaciones y mediciones de campo, como sismicidad, infrasonido, detección de gases y observaciones con GPS; las realizadas en laboratorio se refieren a lo que no se puede examinar ni medir directamente en el campo, por ejemplo los procesos físicos en el conducto volcánico”, detalló.

Arciniega Ceballos agregó que el Popocatépetl se caracteriza por una persistente actividad eruptiva, de pequeñas a intensas emisiones de gases y cenizas (de unas cuantas a cientos de ellas por día), y para su estudio la investigación en laboratorio es esencial, porque no se puede analizar directamente en el campo, como diversos fenómenos físicos.

Radar

Sébastien Valade, también investigador del IGf, dijo que desde el espacio se estudian los mecanismos de construcción y destrucción de los domos volcánicos, mediante el uso de un radar que emite su propia onda electromagnética y registra la onda que se dispersa hacia el volcán.

“Eso es una contribución original al monitoreo del volcán y una forma de conocer el estado de su actividad desde fuera del planeta”, señaló.

Reconoció que los volcanes en México están muchas veces antecedidos por sismos, como indican incluso algunos códices prehispánicos.

“Un terremoto es como un catalizador, acelera una reacción química pero no la provoca. Éste anticipa una erupción que tal vez habría ocurrido sin el sismo, pues no es sistemática, y dicha relación depende del estado interno de un volcán”, advirtió.

Inteligencia artificial

Marco CalÒ, investigador del IGf, habló del uso de la inteligencia artificial, en especial el machine learning, para leer y analizar muchos datos simultáneos provenientes de 19 estaciones sísmicas que detectan movimientos en el volcán (12 de la Red del Centro Nacional de Prevención de Desastres y ocho más del IGf).

“Con el machine learning en tres o cuatro años hemos detectado mil 200 eventos, y contamos con apoyo para determinar la estructura interna de la Tierra”, comentó.

El especialista añadió que cada día en el Popocatépetl se registran cientos de señales sísmicas que los expertos deben descifrar. “Lo que sigue es la interpretación de los cuerpos anómalos con la integración de una tomografía de atenuación sísmica y un estudio espacio-temporal de las señales de periodo largo, como los tremores”.

Los expertos están de acuerdo en que, afortunadamente, además de nuevas tecnologías y puntos de vista para estudiar los fenómenos volcánicos, hay nuevas generaciones de jóvenes estudiantes y profesionales capaces de analizar los datos y obtener resultados.

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