¿Qué sigue para México ante la imposición de aranceles de Trump?

Es una coyuntura para apostar de manera más importante por el mercado doméstico, a través de mayor inversión, de apoyo al sector productivo interno y de incremento del poder adquisitivo: Moritz Alberto Cruz Blanco, Instituto de Investigaciones Económicas

Estamos ante una política comercial del presidente Donald Trump caótica, violatoria del T-MEC, que inhibe inversión, debilita la relocalización de empresas (nearshoring) y resta competitividad a la región de América del Norte frente a Asia. Ante ese escenario, lo que sigue para la economía mexicana es la incertidumbre, pero también la oportunidad de replantear su estrategia de desarrollo, señalaron académicos de la UNAM.

En la conferencia de prensa “¿Qué sigue para México a partir de los aranceles impuestos por Estados Unidos?”, Moritz Alberto Cruz Blanco, investigador del Instituto de Investigaciones Económicas, dijo que la economía mexicana enfrenta la incertidumbre, porque el marco que rigió el comercio en la región de América del Norte se ha roto y eso abre un sinnúmero de posibilidades.

Los efectos reales no se conocen porque el conjunto de medidas tomadas por Estados Unidos de América (EUA) no son sólo para nuestro país, sino para sus principales socios comerciales, como Canadá, China y Europa. Eso dificulta conocer con precisión las afectaciones que tendrá la economía de nuestro país, expuso.

Recordó que el proceso de apertura comercial ha tenido más desventajas que beneficios para México; se esperaba que el país tuviera crecimiento por la vía de las exportaciones, pero no ha sido así, ya que éstas despuntaron, pero no han “arrastrado” al conjunto de la economía.

De ese modo, consideró, esta es una oportunidad para iniciar un camino alternativo, donde se apueste por el sector externo, pero de manera más importante por el mercado doméstico, a través de mayor inversión, de apoyo al sector productivo interno, y de incremento del poder adquisitivo, entre otros mecanismos.

Respecto a la posibilidad de una recesión aclaró que se requiere saber cuánto tiempo durarán los aranceles o si serán selectivos. Aunque hay ciertos efectos en el congelamiento de proyectos de inversión, es difícil saber si se presentará un fenómeno recesivo, aclaró.

Samuel Ortiz Velásquez, docente de la Facultad de Economía (FE), coincidió en que el neoproteccionismo del mandatario estadunidense debe ser una oportunidad para replantear la estrategia de desarrollo de México.

El especialista en desarrollo económico, organización industrial, política industrial y comercio exterior, explicó que con una guerra arancelaria pierde la región de América del Norte frente a Asia. Hay que esperar la llamada entre Trump y la presidenta de México, entre otros aspectos, para conocer realmente cuál será el alcance de la medida arancelaria impuesta por EUA. “Posiblemente estemos ante un acuerdo entre las partes”.

También recordó que los años de apertura económica, el comercio y la inversión extranjera directa no han impactado en los indicadores de desarrollo de México, ya que mientras el comercio de manufacturas en los últimos 30 años creció a una tasa media de 8 %, y esa inversión en 5 %, el PIB y la productividad permanecen estancados.

Ilustración: Andrés Otero.

Recuperación de empleos

Para un replanteamiento del modelo de desarrollo, la clave es profundizar la estrategia nacional de industrialización (Plan México), y recuperar empleo en industrias como la textil, calzado o madera, que han perdido casi 250 mil puestos de trabajo. Consumo e inversión nacionales deben ser parte de la lectura ante una visión de catástrofe, incluidos los pronósticos de recesión de la economía, en caso de que se materialicen los aranceles de la administración Trump.

Se asume que si se reduce la inversión extranjera directa y el comercio, habrá un efecto en el crecimiento, pero la primera, en los últimos 30 años, ha representado apenas el 2.5 % del PIB, en tanto que la contribución de las exportaciones al crecimiento ha sido del 5 %. “El motor de la inversión fija bruta es la inversión nacional, que en 2023 rozó el 25 % del PIB”.

En cuanto a la revisión del T-MEC, Ortiz Velásquez dijo que hay que aprovechar la coyuntura y poner sobre la mesa aspectos como la infraestructura común para el desarrollo y la capacitación de la fuerza laboral, para que el tratado consista en una relación “ganar-ganar” para las partes firmantes.

Ricardo Ramírez-Hernández, profesor de la Facultad de Derecho, dijo que las medidas tomadas por EUA son claramente violatorias de instrumentos suscritos con México. El aumento de aranceles en 25 %, por ejemplo, es una violación al T-MEC. Por ello, esa debe ser la primera línea del discurso de México: “Se violan las reglas que pactamos, en las que EUA estuvo de acuerdo y que hoy se violentan”.

Esto, añadió, va más allá de un tema comercial; están involucrados asuntos como migración o narcotráfico, ante lo cual México debe solicitar que se acelere la revisión del T-MEC para mantener la discusión centrada en el tema comercial, y si se quieren cambiar las reglas, que se modifiquen.

Ramírez-Hernández, quien hasta hace unos días fuera juez del Órgano de Apelación de la Organización Mundial del Comercio (OMC), panelista y asesor de las negociaciones del T-MEC, opinó que un incremento “espejo” de aranceles por parte de México no beneficiaría a nuestro país; lo que valdría la pena sería una elevación “quirúrgica”, es decir, en aquello que pueda influir en la administración de Trump para eliminar esa medida impositiva.

Finalmente, el profesor de la Facultad de Contaduría y Administración, Juan Álvarez Villagómez, experto en aranceles y comercio exterior, dijo que lo que está haciendo el gobierno estadunidense es una reforma fiscal, porque aumenta tasas impositivas y amplía la hipótesis de causación del tributo para los productos mexicanos que ingresan a su territorio. Quizá la manera de afrontarlo sea una contrareforma de igual calado.

Sin embargo, aclaró, no debe tratarse de una modificación “espejo”, sino una reforma que incluya también elementos internos, donde las empresas exportadoras tengan diversificación: tenemos 46 mercados objetivo en el mundo, mediante 12 tratados de libre comercio. “Se requiere ampliar la política arancelaria que permita llegar a todos ellos”.

Bajo la incertidumbre no es posible controlar la política arancelaria de México, pero una reforma fiscal interna, en poder del Estado, es controlable. “Diversificación, reforma fiscal, evitar medidas espejo, son las palabras clave en este momento”, consideró.

En la sesión, Lorena Rodríguez León, directora de la FE, dijo que vivimos un momento muy complicado no sólo para nuestro país, sino para la región norteamericana y el mundo, y clave en la historia de la relación entre México y EUA.

Redacción

La relación comercial entre México y Estados Unidos de América pende de un hilo debido a la decisión del presidente Donald Trump de imponer a los productos nacionales una tarifa de importación del 25 %, a partir del 4 de marzo del 2025 (https://content.govdelivery.com/accounts/USDHSCBP/bulletins/3d5194c), como una medida de presión y castigo por el accionar del gobierno mexicano en lo relacionado a la migración y el tráfico de estupefacientes.

Un día después, el 5 de marzo, Trump anunció que después de una reunión con las armadoras estadunidenses más importantes (Ford, General Motors y Stellantis), sus automóviles estarán exentos del impuesto propuesto por su gobierno, al menos hasta el 2 de abril. La decisión busca darle la oportunidad a este tipo de empresas de no encontrarse en una situación económica desfavorable cuando las tarifas entren en vigor.

Contrario a lo que se piensa popularmente, de acuerdo con datos de la Secretaría de Economía (https://www.economia.gob.mx/datamexico/es/profile/country/estados-unidos?foreignTradeOption1=salesOption), la principal venta de México a Estados Unidos no son los alimentos o los productos agropecuarios, sino la de Máquinas, categoría que incluye unidades de procesamiento de datos, Alambres y cables eléctricos, Teléfonos (englobando aquellos que son móviles), Monitores y proyectores, entre otros. Este sector equivale al 39.44 % de las exportaciones mexicanas (unos 171 mil 325 millones de dólares), por lo que la imposición de tarifas será un duro golpe para la industria y los consumidores estadunidenses.

Fuera de las armadoras anteriormente mencionadas, la producción automotriz también se verá severamente afectada. Esto debido a que el Transporte (rubro que abarca las Partes y accesorios de vehículos automotores, los Automóviles y otros vehículos automóviles diseñados principalmente para el transporte de personas, y los Vehículos de motor para el transporte de mercancías, entre otros) es la segunda categoría de ventas más relevante de nuestro país a Estados Unidos de América. En total corresponde al 28.40 % de las exportaciones, unos 123 mil 367 millones de dólares.

Las siguientes dos categorías de relevancia son Instrumentos (Instrumentos y aparatos utilizados en ciencias médicas, Instrumentos y aparatos de regulación o control, y las Férulas u otros artículos y aparatos de fractura, entre otros) y Vegetales (Otras Frutas y Nueces Frescas; Higos, piñas, aguacates, guayaba, mangos, frescos o secos; y Otras verduras, frescas o refrigeradas, entre otras), impactarán de manera más directa el bolsillo de la población en general de los estadunidenses. La primera corresponde al 5.79 % de las exportaciones mexicanas (25 mil 134 millones de dólares), mientras que la segunda al 4.39 % (19 mil 059 millones de dólares).

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