Conferencia de Rafael Navarro sobre la búsqueda de vida extraterrestre
Visiones pasada y presente del suelo en el planeta rojo
Cambios en la coloración de la superficie roja, primeras conjeturas de la existencia marciana
Después de ocho meses y medio de un viaje en el que recorrió 432 millones de kilómetros desde la Tierra, Curiosity se plantó en suelo marciano; el descenso del robot no debía tener errores.
Al proceso de entrar en la atmósfera de Marte se le conoce como los “siete minutos de terror”; en ese lapso se realizaron maniobras complicadas que permitieron al vehículo disminuir su velocidad y descender con suavidad; fueron los minutos más largos en la vida de los científicos que observaban desde nuestro planeta.
Todo funcionó a la perfección, y así el 6 de agosto de 2012, Curiosity posó sus mil kilos de peso (sostenidos por tres pares de ruedas) en el lugar elegido: a los pies del Monte Sharp, en el centro del cráter Gale, cerca del ecuador marciano.
Casi desde ese momento empezó a mandar imágenes de Marte y no ha dejado de hacerlo.
Búsqueda de vida
Organizadas por la Coordinación de Humanidades, con el apoyo de Fundación UNAM, continúan las conferencias dentro del Foro Viajeros y Viajes: Hernán Cortés, Leonardo da Vinci, Exilio Español y Apolo XI.
Esta vez la sede fue el auditorio del Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas, el cual mucho antes del inicio de la conferencia que ofreció Rafael Navarro González, investigador del Instituto de Ciencias Nucleares, sobre la búsqueda de vida en Marte, ya estaba lleno de ansiosos y atentos oyentes de todas las edades y grados académicos.
Bosques
Navarro González inició su charla sobre la búsqueda de vida fuera de la Tierra refiriéndose a las antiguas creencias de por qué pensamos que hay vida en ese planeta. Las primeras observaciones con un aparato recién inventado, el telescopio, notaron cambios en la coloración de la superficie, que se relacionaron con las estaciones al observar la rotación de Marte alrededor del Sol.
En la Tierra, en verano los bosques se encuentran llenos de verdor, pero en el otoño las hojas cambian de color y algunas se caen; en el invierno, muchos árboles ya no tienen hojas, y hasta la primavera vuelve a surgir la vida en los bosques.
Pensaron que los cambios en la coloración de los bosques en el hemisferio norte de la Tierra era un fenómeno similar a lo que creían que observaban en Marte: presencia de vegetación, de bosques en sus suelos. De ahí empieza la idea de que había marcianos.
“Ahora sabemos que los cambios en la coloración se deben a tormentas de arena. Por cierto, recientemente hubo una muy importante en la superficie del planeta rojo que bloqueó las comunicaciones con Curiosity.”
Sus “canales”
En 1877, el astrónomo italiano Giovanni Schiaparelli dibujó un mapa de lo que según él observó en Marte. En él señaló algunos surcos o cañones a los que se refirió como canali, y publicó algunos trabajos acerca de ellos.
Al leer la traducción al inglés de los trabajos de Schiaparelli, el astrónomo estadunidense Percival Lowell concluyó que los canali eran canales, formaciones de origen artificial hechas por civilizaciones. Y a partir de esa concepción de Lowell se popularizó la noción de los canales de Marte.
Como en la superficie no se observaba agua líquida, Lowell supuso que ésta se obtenía de los casquetes polares cuando se derretía en la primavera y en el verano, y que la transportaban a las zonas ecuatoriales donde imaginaba que vivían los marcianos. Hacia finales del siglo XIX esto era lo que se pensaba en relación con la vida en aquel planeta.
Las ideas de civilizaciones y canales de Marte llegaron hasta nosotros incluso durante la carrera espacial. “En un artículo que se publicó en 1962 en Science se especula sobre las causas de la coloración de su superficie”, afirmó el académico.
Se pensaba que podrían ser sales que cambian de color en presencia de humedad en la atmósfera. Otra idea es que tal vez habría vulcanismo y que la emisión de ceniza volcánica a la atciones. Y a partir de esa concepción de Lowell se popularizó la noción de los canales de Marte.
Como en la superficie no se observaba agua líquida, Lowell supuso que ésta se obtenía de los casquetes polares cuando se derretía en la primavera y en el verano, y que la transportaban a las zonas ecuatoriales donde imaginaba que vivían los marcianos. Hacia finales del siglo XIX esto era lo que se pensaba en relación con la vida en aquel planeta.
Las ideas de civilizaciones y canales de Marte llegaron hasta nosotros incluso durante la carrera espacial. “En un artículo que se publicó en 1962 en Science se especula sobre las causas de la coloración de su superficie”, afirmó el académico.
Se pensaba que podrían ser sales que cambian de color en presencia de humedad en la atmósfera. Otra idea es que tal vez habría vulcanismo y que la emisión de ceniza volcánica a la atmósfera quizá generaría dichos tonos. También se sugirió que podría ser la presencia de óxido de nitrógeno. En esos años no se descartaba la idea de la presencia de organismos vivos.
La carrera espacial, antes y ahora
La Mariner IV fue la primera nave espacial que voló sobre Marte. Lanzada en 1964, sobrevoló su superficie a casi 10 mil kilómetros de distancia, y desde esa altura tomó una fotografía con una resolución de cinco kilómetros en la que no se observa presencia de vegetación ni de agua líquida ni de vida macroscópica. “Con esta fotografía se descartó la presencia de vida macroscópica, pero no de vida microbiana”.
El universitario no recuerda el lanzamiento de la Mariner IV porque era un niño de cinco años, pero sí la llegada a la Luna, que se transmitió por televisión en todo el mundo. En el país, la narración que hicieron Jacobo Zabludovsky y Miguel Alemán Velasco hizo pensar al niño de 10 años sobre si había vida en la Luna.
“La llegada del hombre a la Luna fue muy importante para mí porque me hizo reflexionar sobre la posibilidad de la vida fuera de la Tierra, en cómo surgió la vida en el planeta, y me hizo pensar en una carrera que terminó en lo que ahora soy.”
Después del próximo vehículo que explorará el planeta rojo, Navarro González habló sobre el futuro de Marte. “Creo que en una o dos décadas ya estarán los primeros humanos en su superficie, y poco después habrá asentamientos humanos”.