La UNAM se encuentra en un proceso de crecimiento en materia de igualdad de oportunidades para mujeres y hombres en los ámbitos educativo, académico y administrativo, refirió Ana Buquet Corleto, titular del Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG).
Con motivo del Día Internacional de la Mujer, que se celebra hoy 8 de marzo, la universitaria indicó que la institución vive una situación de equilibrio entre ambos géneros. “Se tiene que destacar que, en el nivel de licenciatura, tenemos una matrícula prácticamente de 50-50 y, en términos globales, se tiene una población equilibrada”.
De acuerdo con datos del portal de Estadística Universitaria, en 2017 la población escolar de la UNAM fue de 349 mil 539 estudiantes, de los cuales 50.9 por ciento eran mujeres y 49.1 por ciento hombres; en tanto que la planta académica era de 40 mil 184 docentes, las mujeres representaron 44.3 por ciento y los hombres 55.7 por ciento.
En cuanto a las investigadoras e investigadores de carrera de tiempo completo se dividió en 35.75 por ciento de mujeres y 64.25 por ciento hombres. Los nombramientos académicos para profesoras y profesores de carrera fue de 44.6 por ciento mujeres y 55.4 por ciento hombres.
Sin embargo, destacó, aún hay algunas licenciaturas con un alto índice de feminidad. Por ejemplo, pedagogía, trabajo social, enfermería, incluso psicología, mientras que en algunos de los campos de las ciencias físicas, matemáticas e ingenierías, la presencia de ellas es reducida. “En la Universidad también hay carreras mixtas, como Derecho, que tiene un equilibrio mucho mayor entre mujeres y hombres”.
Esto nos permite vislumbrar que se sigue reproduciendo el modelo de que ellas estudian algunas carreras, y ellos, otras. Por un lado, podemos observar que hay muchas que siguen eligiendo profesiones vinculadas a las responsabilidades familiares y domésticas, a los temas de cuidados y educación de los hijos, una especie de extensión de estas tareas que a nivel social están tan asociadas con el papel femenino, comentó Ana Buquet.
Lo mismo ocurre en el área de las ciencias físico-matemáticas e ingenierías, en las que en el imaginario colectivo las mujeres no son tan buenas para ese tipo de conocimientos, situación que consideramos completamente errónea.
Al respecto, la especialista planteó que hay una serie de procesos educativos, culturales y sociales que generan esas ideas colectivas que producen también un mercado laboral diferenciado. “Entonces no gana lo mismo un ingeniero civil que una enfermera, o una trabajadora social o una pedagoga”.
Se trata de cuestiones que producen desigualdades en cadena, porque también ocurre que cuando algunas se quitan ese estereotipo y estudian estas carreras masculinas, pueden vivir situaciones de discriminación y acoso que les dificulten mucho más sus estudios.
Análisis
Estudios realizados por el CIEG dentro de la Universidad indican que en el caso de investigadoras casadas con sus colegas del mismo Instituto, por ejemplo, “las responsabilidades familiares recaen sobre la académica, y a la hora de competir en el campo laboral las desventajas que enfrentan son muchas, entre ellas la famosa doble jornada”.
Ese problema se refleja claramente, “sobre todo cuando pensamos en los dos subsistemas de la UNAM (Humanidades y de Investigación Científica). Por otra parte, vemos que hay mucho más académicas en el primero que en el segundo”, concluyó.
La UNAM trabaja para sensibilizar a la comunidad universitaria en torno a las diferencias arbitrarias que producen enormes desigualdades. Para ello, cuenta con la Comisión Especial de Equidad de Género del Consejo Universitario, que publicó lineamientos sobre el tema; asimismo, se encuentra en revisión una política institucional de género.
Además, se tiene el Protocolo de Atención a la Violencia de Género, que emitió la Oficina de la Abogada General; directoras y directores de las distintas entidades académicas también realizan actividades al respecto. Sin embargo, aún hay mucho trabajo por hacer, pero se está avanzando porque en la comunidad ya no pasan desapercibidas las desigualdades ni las formas de violencia de género.