Bajo un cielo nublado, una cantidad considerable de estudiantes con su mochila a la espalda o un libro bajo el brazo atraviesan Las Islas –el jardín más grande de Ciudad Universitaria (CU)– en distintas direcciones. Unos se dirigen a la Facultad de Derecho, otros a la de Filosofía y Letras, otros más a la de Arquitectura…
Van solos, en pareja o en grupo, entusiasmados, cargados de la energía suficiente para comenzar a afrontar el nuevo semestre que arrancó este lunes en la UNAM.
Mientras se toma un yogurt líquido, Jennifer Rodríguez, quien cursa el décimo semestre de la licenciatura en Derecho, comenta que definitivamente ya quería dejar atrás las vacaciones y volver a su facultad.
“Siento alegría, emoción, pero también un poco de nostalgia, porque éste es el último semestre de la carrera. Espero disfrutar a más no poder mis materias, aprobarlas de la manera más satisfactoria posible y tener una convivencia muy bonita con mis compañeros”, agrega con una sonrisa franca.
Raspados
Por la ciclovía que circunda Las Islas, varios jóvenes pedalean a todo vapor para llegar a tiempo a clases o simplemente ejercitarse y pasar un rato divertido. Más allá, frente a la escalinata que conduce a la explanada del edificio de Rectoría, un vendedor de raspados atiende a tres clientes.
Mauricio González Muñoz y Omar León Mendoza, alumnos del octavo semestre de la licenciatura en Biología en la Facultad de Ciencias –la cual, por cierto, está bastante alejada de Las Islas–, cuentan que ellos regresaron a CU antes porque se inscribieron en un curso intersemestral.
“Sin embargo, no se percibía el empuje y movimiento de hoy. Desde muy temprano, la UNAM está como más viva, lo cual me emociona… En cuanto al nuevo semestre, representa una oportunidad para superar lo que no hiciste bien el anterior”, indica Mauricio.
“Ya era necesario ver a los demás compañeros, escuchar lo que hicieron durante las vacaciones, convivir con ellos y también con los profesores… Mis expectativas para este semestre son sacar las pocas materias que me faltan, terminar la tesis y aprender de algunos errores que he cometido”, añade Omar.
El invierno recorre Las Islas
Grupos de jóvenes sentados o recostados sobre el pasto seco de Las Islas platican, escuchan música, comen un sándwich, beben un refresco… Un muchacho y una muchacha que descansaban junto a un árbol se ponen de pie quizá para ir a clases o bien encaminarse a la estación del Metro Copilco o a la parada de algún autobús que los lleve a casa.
Alejandro, quien cursa el sexto semestre de la licenciatura en Química Farmacéutico-Biológica en la Facultad de Química, asegura sentirse muy motivado por sus nuevos profesores y materias. Y por lo que se refiere al recién inaugurado semestre, señala: “Mis objetivos son avanzar más y definir bien mis propósitos y mis especialidades a futuro”.
A la entrada de la Facultad de Ingeniería, Aimé, alumna del segundo semestre de la licenciatura en Ingeniería en Sistemas Biomédicos, confiesa que ya se aburría bastante en casa, pues no hacía nada, y que por eso está feliz de haber regresado a clases.
“Además, me siento muy contenta porque pude cambiar de carrera: de Ingeniería Mecánica a Sistemas Biomédicos. Tengo muchas ganas de aprender más y entender mejor las materias que tomé el semestre pasado”, apunta.
Entretanto, a un lado del Circuito Escolar, alrededor de 10 estudiantes esperan la llegada del Pumabús y, cuando éste se aproxima, frena y abre sus puertas, suben a él en medio de una intensa algarabía.
Con la presencia de los jóvenes, la UNAM vibra una vez más.
