Zaguera con alma de atacante

Desde pequeña se mostró decidida, con el carácter suficiente para dejar su posición y ayudar a su equipo. Ese cambio marcó su carrera. Rebeca Zavaleta dejó la delantera para convertirse en defensa, esa que hoy atiende en Pumas femenil con una garra y determinación inigualables.

“Sí, empecé de delantera, mas en una final íbamos perdiendo 3-2 y en mi desesperación bajé a la defensa para que ya no nos metieran gol: de ahí siempre estuve en la defensa. Me gusta ser zaguera porque tengo la oportunidad de atacar y defender”, afirmó la jugadora auriazul quien, aunque sabe que estar en la retaguardia genera presión, lo ve como una oportunidad de recuperar el balón y crear una nueva jugada de ataque.

Después de dos torneos en Cruz Azul, equipo con el que debutó en la Liga MX Femenil el 4 de agosto de 2017, Zava llegó al cuadro universitario para el Apertura 2018, atraída por la pasión de su afición y la grandeza de la institución, esa por la que hoy siente orgullo, la que le cambió la vida.

“La mayoría de mi familia estudió en la UNAM. Pumas representa orgullo. Me ha cambiado la vida, porque me dieron una oportunidad de pertenecer. Me han dado muchas cosas como persona”, reconoció la zaguera felina.

La jugadora de 22 años es sinónimo de constancia y entrega. En cada entrenamiento, en cada juego, Rebeca busca superarse. Ahora se ve más madura, enfocada en su profesión y en el objetivo: ser campeona con Pumas, no importa el costo.

“Nunca daré un balón por perdido, siempre voy a dar lo mejor de mí en cada partido, en cada entre namiento. Siempre seré de las más guerreras, porque así he sido como jugadora. Quiero ser campeona con Pumas. No sé cuánto tarde, si sea en corto, mediano o largo plazo, pero buscaré serlo.”

Las jugadoras dirigidas por Karina Báez se mantienen en la pelea por un lugar en la fiesta grande de este Apertura 2022. Su reciente victoria ante León será clave, y Zavaleta contribuyó a la causa auriazul con un gol, pues no olvida sus dotes de ataque. En este certamen suma dos anotaciones, su mejor registro goleador en la Liga, esa que la ha visto crecer y madurar.

“Debuté a los 17 años en un América vs. Cruz Azul, en el Estadio Azul. Fue toda mi familia, tíos lejanos, todos. Fue algo inolvidable. Comencé como titular y de ahí arrancó esto. Antes dejaba ir muchas cosas como la disciplina, pero ahorita ya soy más ordenada y consciente de lo que me hace bien y mal. Ya cuido más mi alimentación, practico extra. En el pasado sólo era entrenar, pero ahora me dedico más a aspectos que quiero mejorar. He madurado.”

Esa madurez no ha sido sencilla. A veces, le ha costado levantarse de los momentos complicados, pero el apoyo de su familia y de su equipo ha sido la clave para seguir, nunca rendirse y forjar el carácter que la convierte en un muro no fácil de vencer en cada uno de los partidos.

“Sin duda, el momento más problemático fue cuando falleció mi abuelita, todo se me vino abajo. No sabía cómo separar lo del futbol y la tristeza por esa pérdida, pero mis compañeras, mi directora técnica y el cuerpo técnico me ayudaron mucho. Supe salir de eso.” A Zavaleta no le basta con lo que ha logrado hasta ahora: quiere ser referente en Pumas y sumar títulos. No se rendirá, luchará porque, aunque el camino no ha sido sencillo, ella no cambiaría nada, volvería a vivir cada momento igual, pues cada sonrisa, cada golpe y cada lágrima han valido para alcanzar sus metas. “He tomado buenas decisiones, por eso estoy donde estoy. A todas esas niñas les digo que nunca se rindan, si es lo que les gusta, sea lo que sea, que lo hagan. Se siente muy padre cuando cumples tus sueños”.